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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. La detección temprana del autismo es fundamental para que los niños puedan acceder a intervenciones y apoyos que mejoren significativamente su calidad de vida y su desarrollo.
En esta guía, dirigida a padres y educadores, describiremos las señales tempranas del autismo en niños, con el objetivo de facilitar su identificación y promover una intervención oportuna.
El autismo, o TEA, es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en la comunicación social y la interacción social, así como por patrones de comportamiento, intereses o actividades restringidos y repetitivos. Es importante recordar que el autismo es un espectro, lo que significa que se manifiesta de forma diferente en cada persona.
Las señales de autismo pueden variar considerablemente de un niño a otro. Algunas señales pueden ser evidentes en los primeros meses de vida, mientras que otras pueden no ser notorias hasta los 2 o 3 años de edad, o incluso más tarde.
Poco o nulo contacto visual: El niño no mira a los ojos de las personas cuando le hablan o durante las interacciones.
No responde a su nombre: No parece reconocer o responder cuando se le llama por su nombre, a pesar de tener una audición normal.
Dificultad para seguir la mirada o el señalamiento de otros: No presta atención a lo que otra persona está mirando o señalando.
Falta de interés en interactuar con otros niños: Prefiere jugar solo y no muestra interés en compartir o participar en juegos con otros niños.
No señala para mostrar interés: No utiliza el dedo índice para señalar objetos que le llaman la atención o para pedir algo.
Retraso en el habla o ausencia de lenguaje: No balbucea a los 12 meses, no dice palabras sencillas a los 16 meses o no forma frases de dos palabras a los 24 meses.
Repetición de palabras o frases (ecolalia): Repite palabras o frases que ha escuchado, a menudo fuera de contexto.
Dificultad para comprender el lenguaje no literal: Tiene problemas para entender el sarcasmo, las bromas o las expresiones con doble sentido.
Falta de juego simbólico o imaginativo: No participa en juegos de simulación, como darle de comer a una muñeca o hablar por un teléfono de juguete.
Movimientos repetitivos (estereotipias): Realiza movimientos repetitivos con su cuerpo, como aletear con las manos, balancearse o girar sobre sí mismo.
Alineación de objetos: Dedica mucho tiempo a alinear juguetes u otros objetos de forma repetitiva.
Intereses intensos y restringidos: Muestra un interés inusualmente intenso en un tema o actividad en particular, excluyendo otras actividades.
Fuerte apego a rutinas y resistencia al cambio: Se altera o se angustia ante cambios en la rutina o en el entorno.
Hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial: Puede ser muy sensible a ciertos estímulos sensoriales (luces, sonidos, texturas) o, por el contrario, mostrar una baja sensibilidad a estos estímulos.
Si observas varias de estas señales en tu hijo, es importante que consultes con un profesional de la salud. Puedes empezar por hablar con el pediatra de tu hijo, quien podrá evaluar su desarrollo y derivarte a un especialista si es necesario.
Neurólogo Pediatra: Especialista en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del sistema nervioso en niños.
Psiquiatra Infantil: Especialista en el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales en niños.
Psicólogo Clínico: Profesional capacitado para evaluar el desarrollo y el comportamiento del niño, realizar diagnósticos y brindar terapia.
Equipo Multidisciplinario: El diagnóstico y la intervención en el TEA a menudo requieren la colaboración de un equipo de profesionales, que puede incluir terapeutas ocupacionales, terapeutas del lenguaje y educadores especializados.
La detección temprana del autismo es crucial porque permite iniciar intervenciones y apoyos lo antes posible. La intervención temprana puede mejorar significativamente el desarrollo del niño, sus habilidades de comunicación e interacción social, y su calidad de vida.
Reconocer las señales tempranas del autismo es el primer paso para brindar a un niño el apoyo que necesita. Si te preocupa el desarrollo de tu hijo, no dudes en consultar con un profesional de la salud. La detección temprana y la intervención oportuna son fundamentales para ayudar a los niños con TEA a alcanzar su máximo potencial.
¿Sospechas que tu hijo podría tener autismo?