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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no solo afecta la atención y la impulsividad. También impacta las funciones ejecutivas, un conjunto de habilidades cognitivas fundamentales para la planificación, la organización, la memoria de trabajo y la autorregulación.
En este artículo, exploraremos qué son las funciones ejecutivas, cómo se ven afectadas en el TDAH y qué estrategias prácticas podemos implementar en el día a día para ayudar a niños y adolescentes a desarrollar estas habilidades esenciales.
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades mentales que nos permiten:
Planificar y organizar: Establecer metas, desarrollar planes para alcanzarlas y organizar materiales y tiempo.
Memoria de trabajo: Mantener información en la mente a corto plazo y manipularla para realizar tareas.
Flexibilidad cognitiva: Adaptarse a los cambios, cambiar de enfoque entre tareas y pensar en diferentes soluciones a un problema.
Control inhibitorio: Resistir la tentación de actuar impulsivamente, controlar las distracciones y regular las emociones.
Iniciar y completar tareas: Comenzar y terminar actividades, incluso cuando no son especialmente motivadoras.
Monitorear el propio desempeño: Evaluar el propio trabajo, identificar errores y realizar ajustes.
En los niños y adolescentes con TDAH, estas funciones ejecutivas a menudo están afectadas. Esto puede manifestarse en dificultades para:
Organizar sus materiales y su tiempo.
Recordar instrucciones o información importante.
Comenzar y completar tareas, especialmente las que requieren un esfuerzo mental sostenido.
Cambiar de una tarea a otra o adaptarse a cambios en los planes.
Controlar sus impulsos y regular sus emociones.
Autoevaluarse y corregir errores.
Establecer Rutinas Claras y Predecibles: Las rutinas ayudan a los niños con TDAH a saber qué esperar y a sentirse más seguros.
Utilizar Apoyos Visuales: Horarios visuales, listas de tareas, calendarios y recordatorios pueden ser de gran ayuda.
Dividir las Tareas en Pasos Más Pequeños: Las tareas grandes pueden resultar abrumadoras. Dividirlas en pasos más pequeños y manejables las hace más accesibles.
Crear un Espacio de Estudio Organizado: Un espacio de estudio libre de distracciones y con todos los materiales necesarios puede facilitar la concentración.
Reforzar el Comportamiento Positivo: Elogiar y recompensar los esfuerzos y los logros, por pequeños que sean, para fomentar la motivación y la autoestima.
Enseñar Técnicas de Relajación: La respiración profunda, la meditación o el yoga pueden ayudar a regular las emociones y reducir la impulsividad.
Fomentar la Autonomía: Permitir que el niño tome decisiones y asuma responsabilidades acordes a su edad.
Comunicación con los Maestros: Mantener una comunicación fluida con los maestros para coordinar estrategias de apoyo.
Adaptaciones en el Aula: Solicitar adaptaciones como tiempo extra para completar tareas, instrucciones claras y concisas, y un lugar tranquilo para trabajar.
Uso de la Agenda Escolar: Enseñar al niño a utilizar la agenda escolar de forma efectiva para anotar tareas, fechas de entrega y exámenes.
Reforzar la Organización de Materiales: Ayudar al niño a organizar sus materiales escolares y a mantener su mochila y pupitre ordenados.
Tutorías o Apoyo Adicional: Considerar la posibilidad de tutorías o apoyo adicional en las áreas que presenten mayor dificultad.
Las dificultades en las funciones ejecutivas son una parte importante del TDAH, pero no son un obstáculo insuperable. Con el apoyo adecuado de la familia, la escuela y los profesionales, los niños y adolescentes con TDAH pueden desarrollar estrategias para compensar estas dificultades y alcanzar su máximo potencial. La clave está en comprender sus necesidades, fomentar sus fortalezas y brindarles las herramientas que necesitan para prosperar.
Llamada a la Acción:
¿Te preocupa el desarrollo de las funciones ejecutivas de tu hijo con TDAH?