Transforma tu bienestar desde hoy ¡Primera sesión online gratuita!
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Además de estas características centrales, muchas personas con autismo experimentan el mundo de manera diferente a nivel sensorial. La sensibilidad sensorial, que puede manifestarse como hipersensibilidad (reacción exagerada a estímulos) o hiposensibilidad (baja reactividad a estímulos), es una característica común en el TEA y puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas con autismo y sus familias.
En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la sensibilidad sensorial en el autismo, cómo se manifiesta y, lo más importante, qué podemos hacer para crear entornos más favorables y comprensivos que faciliten el bienestar y la participación de las personas con TEA.
La sensibilidad sensorial se refiere a la forma en que el cerebro procesa la información que recibe a través de los sentidos. Todos experimentamos el mundo a través de nuestros sentidos: vista, oído, olfato, gusto, tacto, propiocepción (conciencia de la posición del cuerpo) y sistema vestibular (equilibrio y movimiento). Sin embargo, las personas con autismo pueden procesar la información sensorial de manera diferente, lo que puede llevar a experiencias sensoriales atípicas.
Hipersensibilidad (Sobrerrespuesta): Las personas hipersensibles a los estímulos sensoriales experimentan una mayor intensidad o reactividad a la información sensorial. Pueden sentirse abrumadas por estímulos que para otras personas son apenas perceptibles.
Ejemplos: Molestia por luces brillantes, sonidos fuertes o repentinos, olores intensos, texturas ásperas, o sabores fuertes; necesidad de usar ropa de tejidos específicos; dificultad para tolerar el contacto físico o las multitudes.
Hiposensibilidad (Baja Respuesta): Las personas hiposensibles a los estímulos sensoriales necesitan más estimulación para registrar la información sensorial. Pueden buscar activamente experiencias sensoriales intensas.
Ejemplos: No percibir el dolor o la temperatura con la misma intensidad que otras personas; buscar constantemente el contacto físico o la presión profunda; girar sobre sí mismos o balancearse; llevarse objetos a la boca; no responder a su nombre o a sonidos del entorno.
1. Vista:
Hipersensibilidad: Molestia por luces brillantes o parpadeantes, dificultad para concentrarse en entornos visualmente complejos, preferencia por la luz tenue.
Hiposensibilidad: Fascinación por luces brillantes o giratorias, dificultad para percibir detalles visuales, búsqueda de estimulación visual intensa.
2. Oído:
Hipersensibilidad: Intolerancia a sonidos fuertes o repentinos, dificultad para filtrar el ruido de fondo, cubrirse los oídos con frecuencia.
Hiposensibilidad: Disfrutar de sonidos fuertes o repetitivos, dificultad para responder a su nombre, parecer no escuchar cuando se le habla.
3. Olfato:
Hipersensibilidad: Rechazo a ciertos olores que para otros son agradables o neutros, náuseas o malestar ante olores fuertes.
Hiposensibilidad: Oler objetos de forma repetitiva, no percibir olores desagradables, interés inusual por olores fuertes.
4. Gusto:
Hipersensibilidad: Selectividad extrema con la comida, rechazo a ciertas texturas o sabores, arcadas o vómitos ante algunos alimentos.
Hiposensibilidad: Llevarse objetos no comestibles a la boca, preferencia por sabores muy intensos, no percibir sabores sutiles.
5. Tacto:
Hipersensibilidad: Molestia por el contacto físico, rechazo a ciertas texturas de ropa o etiquetas, evitar ensuciarse las manos.
Hiposensibilidad: Necesidad de tocar objetos y personas constantemente, buscar presión profunda, no percibir el dolor o la temperatura con normalidad.
6. Propiocepción:
Hipersensibilidad: Dificultad para regular la fuerza al agarrar objetos, torpeza motriz, evitar actividades que impliquen movimiento.
Hiposensibilidad: Buscar constantemente el movimiento, chocar con objetos o personas, dificultad para mantenerse quieto.
7. Sistema Vestibular:
Hipersensibilidad: Miedo a las alturas, mareo fácil, evitar actividades que impliquen movimiento o cambios de posición.
Hiposensibilidad: Girar sobre sí mismos, balancearse, buscar constantemente el movimiento, dificultad para mantener el equilibrio.
Las dificultades sensoriales pueden afectar significativamente la vida diaria de las personas con autismo, generando:
Ansiedad y Estrés: La sobrecarga sensorial puede provocar ansiedad, estrés y crisis emocionales.
Dificultades de Conducta: Las reacciones a los estímulos sensoriales pueden ser interpretadas como "mal comportamiento" cuando en realidad son una forma de comunicar malestar.
Problemas de Socialización: La evitación de situaciones sociales debido a la sensibilidad sensorial puede limitar las oportunidades de interacción.
Dificultades en el Aprendizaje: La sobrecarga sensorial puede dificultar la concentración y el procesamiento de la información en el entorno escolar.
Problemas en la Alimentación: La selectividad alimentaria puede llevar a deficiencias nutricionales.
Dificultades en el Sueño: La sensibilidad a la luz, el ruido o las texturas puede afectar la calidad del sueño.
En el Hogar:
Iluminación: Utilizar luz natural siempre que sea posible y evitar luces fluorescentes o parpadeantes. Considerar el uso de reguladores de intensidad.
Sonido: Reducir el ruido ambiental al mínimo. Ofrecer tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido si es necesario.
Olores: Evitar el uso de perfumes, ambientadores o productos de limpieza con olores fuertes.
Texturas: Ofrecer una variedad de texturas en la ropa y la ropa de cama. Permitir que el niño elija su propia ropa, siempre que sea apropiada para la situación.
Alimentación: Introducir nuevos alimentos de forma gradual y respetuosa. Considerar la presentación de los alimentos y la temperatura.
Espacio Seguro: Crear un espacio tranquilo y seguro donde el niño pueda retirarse cuando se sienta abrumado.
En la Escuela:
Adaptaciones en el Aula: Ubicar al niño lejos de fuentes de distracción, como ventanas o puertas. Permitir el uso de auriculares con cancelación de ruido o tapones para los oídos si es necesario.
Pausas Sensoriales: Ofrecer pausas regulares para que el niño pueda moverse, estirarse o realizar actividades que le ayuden a regularse.
Comunicación Clara y Predecible: Anticipar los cambios en la rutina y utilizar apoyos visuales para facilitar la comprensión.
Flexibilidad: Ser flexible con las normas y las expectativas, teniendo en cuenta las necesidades sensoriales del niño.
Formación del Personal: Capacitar a los maestros y al personal de la escuela sobre el autismo y la sensibilidad sensorial.
En la Comunidad:
Planificación Anticipada: Planificar las salidas con anticipación, teniendo en cuenta los posibles estímulos sensoriales que se encontrarán.
Llevar Objetos de Apoyo: Llevar objetos que ayuden al niño a sentirse cómodo y seguro, como auriculares con cancelación de ruido, juguetes sensoriales o una manta favorita.
Evitar Horas Punta: Si es posible, evitar las horas punta en lugares concurridos como centros comerciales o supermercados.
Comunicación con el Entorno: Explicar las necesidades del niño a las personas que interactúan con él, como dependientes de tiendas, camareros o personal de seguridad.
La terapia ocupacional puede ser de gran ayuda para las personas con autismo que experimentan dificultades sensoriales. Un terapeuta ocupacional puede:
Evaluar el perfil sensorial del niño: Identificar las áreas de hipersensibilidad e hiposensibilidad.
Desarrollar un plan de intervención: Crear un plan de intervención personalizado que incluya estrategias para manejar la sensibilidad sensorial en diferentes entornos.
Proporcionar una "dieta sensorial": Una "dieta sensorial" es un conjunto de actividades y adaptaciones diseñadas para satisfacer las necesidades sensoriales del niño y ayudarle a regularse.
Trabajar en la integración sensorial: La integración sensorial es el proceso por el cual el cerebro organiza e interpreta la información sensorial. La terapia ocupacional puede ayudar a mejorar la integración sensorial a través de actividades específicas.
La sensibilidad sensorial es una característica común en el autismo que puede tener un impacto significativo en la vida diaria de las personas con TEA. Comprender cómo se manifiesta la sensibilidad sensorial y crear entornos favorables puede marcar una gran diferencia en su bienestar, su capacidad de aprendizaje y su participación en la sociedad. Al trabajar juntos, padres, educadores, terapeutas y la comunidad en general, podemos crear un mundo más inclusivo y accesible para las personas con autismo.